Sánchez acentúa la división con Podemos y enfría una reunión con Díaz para solucionar la crisis
De todas las crisis internas que ha vivido la coalición socialcomunista desde que echase a andar el Gobierno hace dos años y medio, la de ahora parece la más grave. Es la que tiene un mayor riesgo de cronificarse e, incluso, de llegar a la ruptura. Se nota con los silencios. Tal es así que, en esta ocasión, Pedro Sánchez no ha llamado a Yolanda Díaz para sentarse a la mesa y buscar una salida acordada que pacifique las relaciones. Es la fórmula que han utilizado siempre los socios para reconducir las relaciones cuando estas quedaban tocadas. Desde el viernes, presidente y vicepresidenta no han hablado. Menos aún entre los partidos.
El giro histórico del jefe del Ejecutivo en relación al reconocimiento de la posición de Marruecos respecto al Sáhara Occidental, que contraviene las posturas adoptadas hasta ahora por parte de los dos socios, ha provocado un importante malestar en las filas de Unidas Podemos. Aseguran que desconocían el movimiento hasta que lo hizo público mediante un comunicado el rey Mohamed Vl. En el PSOE lo niegan. Los socialistas dicen que Díaz fue informada previamente, «como se hace siempre», por parte del ministro de Exteriores José Manuel Albares.
Lo cierto es que, escenificación o no, la vicepresidenta segunda y la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, -cada vez más alineada ante la «actitud autoritaria» que dicen tiene Sánchez-, se lanzó a Twitter nada más conocer la noticia para criticar con vehemencia la decisión. En Podemos, ya entonces, hablaron de líneas rojas. Díaz esperaba una llamada del presidente -de viaje oficial en Roma y Berlín ese día- que nunca se produjo. Tampoco le llamó ayer sábado. La ministra de Trabajo, según fuentes de su entorno, espera poder hacer cambiar de opinión a Pedro Sánchez. Pero parece difícil ante esa incomunicación.
Desde Moncloa sostienen que «ahora mismo hay cosas mucho más importantes y que deben centrar la atención del Gobierno» para justificar que los dos dirigentes no hayan hablado sobre el tema que divide a la coalición. Los precios de la energía y las protestas en la calle de agricultores y transportistas son las dos cuestiones que quitan el sueño y preocupan en el complejo presidencial. Aunque aprovechan para recordar que «la política exterior de España la fija el presidente» a modo de aviso a navegantes hacía todos aquellos que critican el giro de Sánchez.
Díaz pide «una reflexión»
Yolanda Díaz ha apelado a una «reflexión conjunta» del Gobierno de coalición tras la decisión del PSOE para apoyar el plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental. Díaz expresó este sábado, a su llegada a los premios Mestre Mateo en A Coruña, su «tristeza» y la de Unidas Podemos por este cambio respecto al Sáhara. También manifestó su preocupación por la reacción de Argelia, que ha llamado a consultas a su embajador en Madrid. «Estamos viviendo momentos muy difíciles y creo que de alguna forma el Gobierno de coalición debe de reflexionar», ha subrayado Díaz.
La vicepresidenta lamentó que a la «gran crisis económica y social» y a la «crisis energética de primera magnitud», ahora se suma «la crisis con el Sáhara». «Apelo a una reflexión conjunta del Gobierno de coalición para estar a la altura de las circunstancias de este momento histórico», insistió la la gallega, que incidió, además, en que no conocía la posición del Gobierno y ha recordado que ella siempre trabaja con «lealtad» al presidente, Pedro Sánchez, con quien comparte todas las decisiones importantes. Señala, en línea con lo que han reclamado todos los socios minoritarios, que tanto el presidente como el ministro Albares, tienen que explicar por qué han dado este paso, de formas «no correctas».
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